"Agua clara.. un baño de realidad..." Por: Ramón Suárez Arab. Ejercicio de crítica teatral.

AGUA CLARA… UN BAÑO DE REALIDAD…

El pasado miércoles 26 de julio a las 6:00 p.m en la Sala Experimental del CELARG, en el marco del FESTEA 2023, pude disfrutar del unipersonal AGUA CLARA, basado en una idea de Yairelys Batista, quien lo protagonizó, como trabajo final del nivel intermedio, del Taller intensivo personalizado de actuación para adolescentes dictado por Desireé Monasterios, quien dirigió la puesta en escena de la obra, escrita por la misma protagonista, bajo la asesoría dramatúrgica de Mario Sudano. La obra original de la joven Yairelys nos pasea por las vicisitudes de una adolescente quien enfrenta la falta de aspectos fundamentales de los servicios básicos como el agua, la electricidad, el servicio de internet, entre otros, exponiendo el esfuerzo por atender las limitaciones del servicio con los inconvenientes de unas relaciones familiares disfuncionales, alternado el extenso texto con reflexiones llenas de humor y canciones de corte popular. La historia nos pasea por la realidad actual que vive cualquier familia de un estrato social no favorecido, exaltado por el gran trabajo que debe desarrollar el personaje, que acertadamente se llama YESAIDU (Yes, I do… Si, lo hago), teniendo que afrontar el quehacer con las limitaciones de los servicios varios y los conflictos emocionales, tratando de ocultar con humor la gran tristeza que sobrelleva. La puesta en escena contiene muchos elementos de uso cotidiano, especialmente de envases de diferentes capacidades, cava, bidones, una escalera, tobos, que nos muestran la imperiosa necesidad de recolectar el preciado líquido que es suministrado en forma irregular. El vestuario y maquillaje acertado, empezando la obra con un uniforme que al quitárselo queda con un cómodo conjunto short y franela de diario. La iluminación era escasa, todo en tonos muy oscuros y grises: en su accionar la actriz lograba alternar la historia que nos refería, con quehaceres de lavar, fregar, tender ropa y hasta pintarse las uñas de los pies de un llamativo color verde, como diciéndonos que, a pesar de todo, ella aun lleva luz en su interior. El monólogo alterna la historia con canciones de salsa donde la joven baila y parece disfrutar en medio de los quehaceres diversos. En algunos momentos la música limitaba escuchar el texto, igualmente algunos parlamentos y chistes reiterativos distraían el hilo de la historia. En un instante la escena que transcurre permanentemente en el hogar de YESAIDU, se traslada muy brevemente al Metro en un aparte que no se plantea con claridad y afecta la línea discursiva que lleva el personaje. La actuación de la joven Batista fue adecuada y creíble, sin embargo, la gestualidad y la recurrencia de los bailes hacía reiterativos algunos momentos. La dirección no aprovechó las posibilidades del personaje, al no proveerle los recursos interpretativos que permitieran profundizar los conflictos emocionales que vislumbraba en la historia, y que hubiera alternado la permanente energía que transmitía, con algunas reflexiones que lograran la empatía del público con el conflicto familiar que la agobiada (represión, mentiras, familiar encarcelado, entre otras). "Agua Clara", nos regala ese paseo por la cotidianidad que vive la mayoría de la población ante las limitaciones de los servicios públicos y la carga que lleva una adolescente que debe sobrevivir día a día con esas limitaciones de su entorno y una gran soledad, que procura cubrir con risas y bailes. Disfruté del trabajo realizado, quien lleva al público a tomar un baño de realidad paradójicamente con un agua bastante turbia. RAMÓN SUÁREZ ARAB Trabajo realizado en el marco del Taller de Crítica Teatral promovido por FESTEA 2023.