FESTEA 2015: Una mirada a los inicios del siglo XX: Autor: ANTON CHEJOV
Antón Chéjov
(Antón Pávlovich Chéjov; Taganrog, 1860 -
Badenweiler, 1904) Narrador y dramaturgo ruso. Considerado el
representante más destacado de la escuela realista en Rusia, su obra es
una de las más importantes de la dramaturgia y la narrativa de la
literatura universal. Su estilo está marcado por un acendrado laconismo
expresivo y por la ausencia de tramas complejas, a las que se sobreponen
las atmósferas líricas que el autor crea ayudado por los más sutiles
pensamientos de sus personajes. Chéjov se apartó decididamente del
moralismo y la intencionalidad pedagógica propios de los literatos de su
época en una Rusia convulsa y preocupada por su destino, para apostar
por un tipo de escritor carente de compromiso y pasión, plasmando una
idea de la literatura que rechazaba el principio del autor como narrador
omnisciente.
Procedía de una familia de hábitos sencillos y escasos
medios, cuya cabeza, el modesto mercader Pavel, era nieto de un siervo
de la gleba. Chéjov acabó los estudios secundarios en Taganrog, donde
permaneció solo tras la marcha de sus familiares a Moscú. Entre 1879 y
1884 cursó medicina en la universidad de la capital; pero, más
interesado en la literatura que en la ciencia médica desde hacía algunos
años, pospuso ésta a aquélla, y pronto difundió su nombre a través de
varias narraciones humorísticas, reunidas en un libro titulado Cuentos de varios colores (1886).
Alentado por el escritor Grigorovich y el director del periódico Novoe vremja (Tiempo nuevo),
Suvorin, con quien estableció una cordial y duradera amistad, y librado
ya de las formas un tanto forzadas del cuento humorístico, hacia el año
1888 ya era ampliamente conocido por el público, tanto por su obra
humorística como por textos de alcance más profundo, en los que la
incisiva descripción de las miserias y la existencia humanas fueron
desplazando los recursos humorísticos.
En ese año apareció, en la revista Severny Vestnik de San Petersburgo, el relato La estepa,
inspirado en un viaje al sur del país, donde los idílicos paisajes de
su infancia habían desaparecido por la industrialización, contra la que
el autor se rebela. Aquí introdujo uno de los elementos más
característicos de su enfoque narrativo: la supeditación del argumento a
la atmósfera del relato. El punto de vista del autor omnisapiente se
diluye en la mirada de un personaje, Egorushka, que no alcanza a
comprender lo que sucede a su alrededor. Los elementos que mueve este
relato aparecerán una y otra vez en la obra de Chéjov, pues La estepa
está poblada por una galería de personajes (el campesino Dymov, el
empresario Varlamov o el pope Kristofor) que constituyen una genuina
representación del "inconsciente colectivo" de la Rusia finisecular.
Otro significativo relato del período que se
abre a partir de 1888 (en el que el autor disminuyó el ritmo de su
producción literaria: de unos cien relatos al año en 1886, pasa a
escribir diez en 1888) es Una historia aburrida (1889),
penetrante estudio de la mente de un viejo profesor de medicina,
profesión que ejerció esporádicamente el propio Chéjov. Pertenece a una
serie de obras del autor que fueron llamadas "clínicas", por tener como
personajes a enfermos físicos o mentales. Acaso el relato más conocido
de esa serie sea Palata Nº 6 (1892), acerba crítica de la
psiquiatría en el que la relación entre el paciente Gromov y el doctor
Ragin se resuelve dramáticamente con el ingreso del segundo en su propia
clínica, para terminar muerto por mano de uno de los celadores.
En adelante, la existencia del autor careció de
acontecimientos relevantes, excepto un viaje a la isla de Sakhalin,
realizado a través de Siberia a la ida, y a lo largo de las costas de la
India al regreso; de tal expedición dejó constancia en el libro La isla de Sakhalin
(1891). Durante la penuria de 1892-93, que azotó a la Rusia meridional,
Chéjov participó en la obra de socorro sanitario. Luego vivió largo
tiempo en la pequeña propiedad de Melichovo, no lejos de Moscú, donde
escribió la mayor parte de sus narraciones y de sus textos teatrales más
famosos. Enfermo de tuberculosis, hubo de trasladarse a Crimea, y desde
allí, por razones de la cura, realizó frecuentes viajes a Francia y
Alemania.
En los últimos años del siglo se
produjeron en su existencia dos hechos que sin duda modificaron su
curso: la nueva orientación del escritor hacia la izquierda, que le
alejó de su amigo Suvorin, conservador, y el éxito de su drama La gaviota en el Teatro de Arte de Moscú, de Stanislavski y Nemirovich-Danchenko. A sus nuevas tendencias y al ejemplo de Korolenko se debió también su dimisión de la Academia, que, tras haber nombrado miembro honorario a Gorki, acató la orden del gobierno y tuvo que anular el nombramiento.
La fortuna de La gaviota convenció
inesperadamente a Chéjov de su capacidad como escritor dramático, tras
sus propias dudas acerca de ello debidas al fracaso del mismo drama en
el Teatro Aleksandrinski de San Petersburgo. A la obra citada siguieron,
con no menor éxito, El tío Vania en 1898-99, Tres hermanas en 1901 y El jardín de los cerezos
en 1904. Mientras tanto, el número de sus narraciones había aumentado
considerablemente, y a algunas de ellas se debió su progresiva fama como
representante asimismo del humor y el espíritu de su época y del
característico producto de ésta, la "inteligentzia" (así Mi vida, La sala n.º 6, Relatos de un desconocido, El monje negro, Una historia aburrida, etc.).
FUENTE: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/chejov.htm
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